miércoles, 18 de mayo de 2011

¡SEMPER FIDELIS!

Año 2011. Parece mentira que hayan pasado ya 30 años. Y si hay un sueño, una ilusión, un deseo, que haya repetido todas las noche de Fin de Año, durante este tiempo, ha sido poder volver algún día a Trelew. Volver a ver a la gente que allí conocí, y que me entregaron su amistad, dejando en mi persona grandes y gratos recuerdos. Ya no somos las mismas personas que entonces, pero el afecto y la amistad estoy convencido no han variado lo más mínimo. Y podríamos añadir que nuestras distintas vivencias durante todos esto años, podrían enriquecer nuestra amistad.

Y ya una vez en Trelew, si hay un sitio al que me gustaría volver a entrar, volver a ver, para poder revivir una época, que sí, fue dura, pero que todos vivimos con una gran intensidad, ese es la Base Militar Almirante Zar.


Hasta los coches se adornaron para el viaje
 
Y este pasado mes de abril del año 2011, casi lo consigo. Pero aunque no pudo ser el cumplir mi sueño en persona, los compañeros y amigos de aquel Batallón de Infantería de Marina nº 4 (año 1981-1982), que organizaron un encuentro dentro de la Base, gracias a la comprensión y total apoyo de su actual Jefe, me hicieron sentir presente en todo momento, ya que me tuvieron al corriente de todas sus vivencias durante el fin de semana que duró el encuentro. Y cuando digo vivencias me refiero a todas sus sensaciones, y a todos sus recuerdos, que también eran los mío. Los actos que estaban preparados para esas 48 horas, vividas con total intensidad, impidieron que pudieran ir a la ciudad a visitar a los amigos que allá quedaron, pero no estuvieron en el olvido, y en el próximo encuentro, ellos serán los primeros.

Ranno, Diaz, Flores,Vera,Dugan,Sillero,Ejarque,Cataldo,Sisterna
Muchas veces, y seguro que alguna vez os ha pasado, resulta más interesante la planificación de un viaje, que luego el viaje en sí mismo. Sin embargo no fue este el caso. Como ellos mismos dicen, se reencontraron con viejos sentimientos, con viejas sensaciones, que les hicieron recordar viejas historias y anécdotas que creían olvidadas. En alguna parte del cerebro, habían permanecido ocultas, y el llegar allí, fue como si una puerta se abriera, y todas las imágenes salieran de golpe.

En esta foto de arriba, se encuentran en el cuerpo de guardia a su llegada a la Base Zar.


¿Os acordais del comedor?

Volver a pisar esa tierra, donde tenía lugar el “orden cerrado”, y en la que tantas veces habíamos escupido nuestra última saliva, donde tanto habíamos reputeado (con perdón). Volver a encontrarse con esa Plaza de Armas y con esos pasillos donde tanto habíamos “bailado”. O mejor dicho tanto “nos habían hecho bailar”.Ellos así me lo transmitieron y así os lo cuento, ya que así me lo hicieron vivir a mí también. Las risas y las lágrimas se entremezclaban entre tantos recuerdos.
En la foto superior parece que estan todos esperando la comida. ¿La habrá probado ya el oficial de guardia?

Alrededores de la Plaza de Armas
Volver a encontrarse en los lugares, en los que habíamos compartido vivencias con compañeros que ya no se encuentran entre nosotros, conducían a momentos de silencio, en los que cada uno los recordaba a su manera. Aunque siempre con respeto. Y sabiendo que fuimos unos privilegiados, de haber podido conocer y convivir, con unos auténticos héroes de este país tan querido.

El deterioro físico de las instalaciones, tan queridas y odiadas por nosotros, no son el reflejo de los valores humanos y sociales que allí aprendimos. Esos valores que nos ayudaron a sobrellevar y enfrentar la guerra de Malvinas. Y una vez ésta finalizó, nos ayudaron enfrentar la posguerra y nuestro futuro, en medio de una sociedad que no nos puso las cosas precisamente fáciles. Más bien todo lo contrario. Y podríamos dar ejemplos de compañeros que perdieron o no consiguieron trabajos, por el hecho de haber participado en la guerra.

Todos a bailar
Ya no se encuentra el BIM 4 en estas instalaciones, hoy con asiento en Ushuaia. Por lo que estas instalaciones podrían haber sido aprovechadas para muchas otras funciones, ya fueran militares o civiles, (toda decisión viene del Estado). Pero claro, el haber hecho algo no daba votos, más bien todo lo contrario. Por eso mejor no tocarlo, mejor dejar pasar al olvido. Mejor que se vaya estropeando de a poquito. Aunque si son capaces de hacerlo con las personas, que importan unos ladrillos.

Una imagen vale mas que mil palabras. ¿Quien no recuerda estos pasillos que comicaban las cuadras, el comedor, la cantina?

Hoy luchamos por conseguir unos derechos sociales, y que quede claro que no fuimos nosotros quienes los concedimos, si no que fue el Estado, provocando un cisma en la sociedad, al beneficiar a unos, perjudicando a otros. Y ese es nuestro reclamo, “ el de la no discriminación”.

Ya estamos arriba. ¿Ahora como bajamos?
Unos derechos por los que podremos discutir unos y otros, si son justos o no, y todos con nuestras razones. Incluso podremos discutir si el reconocimiento en forma de pensión, es realmente un reconocimiento o una compra.

Podríamos discutir en si la ayuda al excombatiente debería haber sido o seguir siendo, de forma directa, como la actual ( llámese pensión), o de subsidiar a la empresa privada, a través de los contratos laborales que con éstos tuvieran. A mi personalmente me gusta más esta idea, ya que el trabajo es lo que de verdad dignifica a una persona, al mismo tiempo que se siente un ser útil para la sociedad. Para alguien en edad de trabajar, fuerte para trabajar, sano para trabajar, creo que el tener que luchar por una pensión para subsistir, solo consigue ir perdiendo la dignidad como persona.

Acá está el acceso a la cuadra.
Incluso podríamos discutir, si conceder a un excombatiente, que sale ileso tanto física como psíquicamente de una guerra, una pensión, en reconocimiento a su labor, es o no una ofensa a todos los héroes heridos, a todos lo héroes muertos. Héroes que lucharon codo con codo, con todos los que salimos bien de ella.

Pero el hecho de opinar que se podrían hacer las cosas mejor, siempre pensando en la persona, no quiere decir que seamos idiotas. ¡El estado ha concedido unos derechos!, pues bien, tendrá que reconocer que ha discriminado a mucha gente. Que ya en la convención de Ginebra, se define muy clarito lo que es una zona de combate, y lo que es un excombatiente. Y todo lo que quieran re-explicar para convencernos de lo contrario, es pura demagogia.



Vera, con la misma cara de angel que en 1982

Electra. Con uno de esos nos trasladaron a Rio Grande en 1982
El pañol y el edificio comando