jueves, 20 de enero de 2011

MUERTOS POR MALVINAS

          Dicen que en esta vida hay un momento para nacer y un momento para morir. Y podemos añadir que en ambos no podemos hacer gran cosa, excepto vivirlos. Sin embargo hay otros momentos en la vida, en los que sí podemos aportar algo de nosotros, y de la gente que nos rodea. Como por ejemplo en los momentos para aprender, en los momentos para jugar, en los momentos para la amistad, en los momentos para el amor, en los momentos para trabajar, en los momentos para luchar…….. y entre otros, en los momentos para recordar.

Sergio Omar Ordoñez (BIM4)
    




          Nacer y morir es algo que hacemos solos. Por mucho que al nacer se encuentre nuestra madre, o que al morir nos rodee toda nuestra familia, la realidad es que son situaciones a las que nos tenemos que enfrenar nosotros mismos. Lo importante es poder nacer en paz, y después, conscientes de nuestro buen hacer en esta vida, poder morir en paz. Todo, después de haber sido honestos, y haber entregado nuestro yo por los demás, en los restantes momentos de nuestro peregrinar por esta vida.


          Yo tuve la suerte de conocer a dos personas maravillosas, y que desgraciadamente ya no se encuentran entre nosotros. Dos personas sencillas, alegres, amigos de sus amigos y respetuosos con sus enemigos. Dos personas siempre dispuestas a ayudarte. Dos personas dispuestas a dar todo su ser por defender a su país. Sí… el mismo país que después les repudió y les olvidó. Eso no es fácil de sobrellevar, y podéis estar seguros que nosotros os comprendemos. 
José Alberto Paez (BIM 4)
     





          Por eso amigos míos podéis descansar tranquilos, que mientras quede un solo compañero vuestro, de aquel Batallón de Infantería de Marina nº 4, con vida, no consentiremos que vuestra gesta sea jamás olvidada.
         





J.A.Paez 1982
         Estas son las imágenes de dos héroes. Estas son las imágenes de dos espíritus de entrega, de lucha, de superación, de sencillez, de trabajo, y sobre todo de honradez.
Paez en Río Grande 1982
         Paez,   recuerdo cuando nos hablabas de tus caballos, esos animales a los que tanto querías. Ese campo del que un día saliste para cumplir con tu servicio militar, sin imaginarte todo lo que ibas a conocer y aprender. Solo sabías de laburar en el campo, y saliste con la sabiduría de los hombre que en él trabajan, lo que facilitó que te convirtieras en un gran soldado. Jamás te quejaste de nada. Siempre estabas dispuesto para lo que hiciera falta. Solo hubo una cosa que no pudiste superar y fue que cuando todo acabó y volviste a casa, pensaste que igual que vos, Argentina habría cambiado, y desgraciadamente no fue así.
    
Ordoñez y soldados del BIM 4 (1982)
    Ordoñez, eras el compañero perfecto, siempre alegre. Si había algún problema, allá estabas para dar la visión optimista. Si hacía falta alguna cosa, allá estabas para echar una mano. Tu apoyo incondicional, fue el bastón en el que muchos nos agarramos para seguir adelante. El pesimismo no podía aguantar a tu lado, ya que tu visión positiva y alegre de las cosas eran mucho más fuertes.
    


         En esta placa que entregaron, tus compañeros Sanjuaninos, a tus padres, se reflejan todos nuestros sentimientos hacia vos.
     


      




Tumba de Sergio Omar Ordoñez

Tumba José Alberto Paez
Tenéis que saber que vuestros compañeros Sanjuaninos del BIM 4, os han ido a visitar a vuestros respectivos lugares de descanso, primero para poder ofrecer a cada uno de vosotros el reconocimiento y el homenaje, que nosotros sabemos os merecéis y porque les salía del corazón. Y por supuesto para que estéis seguros que seguirán luchando hasta que toda la nación reconozca vuestro esfuerzo y dedicación. Al mismo tiempo que les hicieron llegar a vuestros familiares, la certeza de que vuestra entrega no fue en vano. Y que vuestro recuerdo estará siempre en nuestros corazones.      



Familiares y compañeros del BIM 4 en el homenaje a Paez

Placa homenaje a Ordoñez, entregada por compañeros del BIM 4 a sus padres
    



   










          Os estaré eternamente agradecidos por haberme dejado formar parte de vuestras vidas, y perdonadme por no haber estado cuando quizás me necesitasteis.