sábado, 16 de julio de 2011

MALVINAS: EL DESPRECIO DE UNOS POCOS... NOS FORTALECE MÁS A OTROS MUCHOS


CEOPECON: Acta nº 3 25-05-1982


 Soy un gran defensor del gran invento de finales del siglo XX, llamado INTERNET, y que en estos primeros años del siglo XXI, ha sufrido un enorme desarrollo.


Una maravillosa herramienta para estudiantes, ya sea para consulta de materias, comunicación entre ellos, y para utilizar tanto en el desarrollo, como en la ejecución de trabajos. En definitiva, creo que es un buen complemento de la escuela. Eso sí, jamás un sustituto. Y como padres y educadores que somos de nuestros hijos, debemos enseñarles a utilizarlo para que puedan sacarle su máximo provecho. Un libro puede servir para hacer un buen fuego, pero si sabemos inculcarles el gusto por la lectura, pueden sacarle mucho provecho a todos ellos. Y ya sean de entretenimiento, aventuras, técnicos o educadores del alma, sabrán diferenciar un buen libro de uno malo, pero jamás se les ocurrirá quemarlo.

Yo tengo que agradecer a esta gran red de comunicación, llamada Internet, y más viviendo en el extranjero, el haber podido contactar y comunicarme, después de 20 años de haber perdido el contacto, y me refiero al contacto físico ya que el del alma jamás se perdió, con antiguos compañeros del Batallón de Infantería de Marina nº4, que en 1982 durante el conflicto de Malvinas, estuvo destinado en Río Grande y sus costas. Llevamos ya 9 años en contacto a través de correos electrónicos y en distintas redes sociales. Y esto es bueno. Nos contamos nuestras vidas, nuestras alegrías y nuestras penas. Nos apoyamos mutuamente en los momentos de debilidad. Y recordamos a nuestros compañeros y camaradas que ya no están entre nosotros.

CEOPECON: Acta nº 5 26-05-1982
Pero Internet también tiene su lado negativo. Y es, la libertad que da el anonimato o el encontrarse solo ante un teclado. Una libertad, que mal entendida, puede producir una total falta de RESPETO. El respeto que siempre se merece el prójimo.

De todos es sabido en la lucha que nos encontramos los Veteranos no Reconocidos de la Guerra de Malvinas por obtener el reconocimiento oficial de nuestra participación activa en el conflicto. En esa lucha en la que nos encontramos por evitar el rechazo social a nuestra labor. En nuestra lucha por evitar el olvido de nuestros muertos durante y posteriores al conflicto.

Por eso, y aunque ya sabemos que solo son unos pocos, duele ver, como, soldados destinados en las Islas, no es que no estén de acuerdo con nuestros planteamientos, que eso es algo a lo que tienen derecho gracias a la libertad individual que todos tenemos, sino al desprecio y a la ofensa con la que se expresan. Lo cual hace que nosotros, en nuestro dolor, les respondamos en los mismos términos. ¡ Y eso es un error! Ya que lo que deberíamos hacer, es como vulgarmente se dice: “ A palabras necias… oídos sordos”. .. Nuestra razón… es la verdad. Y todo lo demás es sencillamente una pérdida de tiempo y de energías.

No debemos caer en la ofensa fácil y rastrera. Seguro que ellos tienen hijos, para los que son la imagen en donde verse reflejados, y ofenderles no es de hombres de bien.


CEOPECON: Acta nº 7 27-05-1982
 Nosotros ya conocemos a este tipo de personas, son esos que no nos llevaríamos a una guerra para que nos cubrieran las espaldas. Recuerdo a los fanfarrones… como desaparecían cuando se nos ordenaba prepararnos para el combate y envío a primera línea… y como cuando llegaba la contraorden… aparecían otra vez, demostrando valentía, donde no había existido. Os imagino en vuestros pozos de zorro, saltando y gritando de alegría, cuando veíais aparecer a los aviones de combate Argentinos, prestos a apoyar en la defensa de vuestras posiciones. ¿Qué pasó? ¿Acaso llegaban en vuestra ayuda por inspiración divina? Esos aviones estaban operativos, porque había unos mecánicos en el Continente que los tenían a punto. Estaban operativos porque había en el Continente unos soldados que velaban por su seguridad en el perímetro de los aeropuertos. Estaban operativos porque unos batallones custodiaban las costas con su vida, entorpeciendo y anteponiéndose al peligro de ataques y sabotajes por parte del enemigo. No parecía que entonces os estorbara nuestra presencia. ¿Ahora… sí? Entonces… no soy yo quien tiene un problema.

Me decís que solo me importa la plata. Y solo el hecho de pensar así, es una ofensa a todos los compañeros que dieron su vida por nuestro país. A mi la plata me importa un carajo. La plata me la gano con mi esfuerzo, la plata me la gano trabajando. Llevo 30 años estando orgulloso de mi esfuerzo, de mi trabajo, ¿ y ahora me habláis de plata? Sin embargo, yo no he visto que ninguno de vosotros haya renunciado a su pensión, para que con ella se pudiera prestar una mejor atención a los heridos tanto físicos como psicológicos que la guerra produjo. ¿ De verdad alguna vez os importaron vuestros camaradas?

Doy mil gracias a Dios, que el 95% de los acantonados en las Islas, fueran auténticos soldados. Soldados que no solo entonces demostraron camaradería…entrega… esfuerzo…sacrificio. Sino que incluso hoy en día siguen demostrando esos valores que este país tanto necesita.

Pero vosotros… en fin…. vosotros…. no sois nada.

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