sábado, 30 de octubre de 2010

HEROES DE GRITVIKEN, PARIAS DE RIO GRANDE (2ª PARTE)

BIM 4, comienza nuestra aventura en Rio Grande
        A la mañana siguiente de nuestro aterrizaje es cuando se puede decir que el último grupo de nuestro batallón terminó su traslado.

         Allí estábamos todos, en los alrededores del galpón donde habíamos pasado la noche. Esperábamos la llegada de nuestros oficiales y las nuevas órdenes. Formábamos grupos, aunque no muy homogéneos, unos charlando, otros lavándose, otros revisaban el material, incluso se hicieron algunas fotos. Pero todos convencidos que ese no era el final del camino. Este era el primer día de nuestras vidas. Una vida que jamás habríamos soñado, pero que estábamos seguros, jamás olvidaríamos….…





        ¡¡¡MI COMPAÑÍA!!!, jamás olvidar a mis compañeros, a ninguno de ellos, pero un recuerdo muy especial, de lo mas sano de mi alma, a mis compañeros de grupo, “ LOS SANJUANINOS”, ellos acogieron al desubicado gallego en su grupo Sanjuanino, y fui muy feliz cuando al finalizar la batalla perdida del Atlántico Sur, los visite en su tierra Sanjuanina. ¡¡¡ Cuanto aprendí a amar a la patria!!!
        Sr. Oficial, a veces resuenan en mi interior vuestro grito de …. “¡¡¡CARANCHOS DE LA ESTEPA!!!”…….. o vuestra advertencia, siempre atentos al …¡¡¡CARANCHOS AL NIDO!!!....... Sr. Oficial, me costo mucho, sufrí mucho, sude, maldije, putee, y mil veces mala sangre me hice hasta aprender a como se podía uno ayudar a si mismo, a ser un buen Infante de Marina. Tuve un buen suboficial, sabía ayudar al Infante que así lo mereciera. Solo pedía esfuerzo, voluntad de esfuerzo. Así ganó la confianza de los soldados, y el respeto de sus caranchos… sus Infantes de Marina, que abandonando las pampas húmedas, las pampas secas, las pampas nevadas del continente, nos hallábamos fuera del continente, diseminados en nuestro “pozos”, en pura “Estepa Austral helada”.

Primeros días, la espera es insoportable. BIM 4 en Rio Grande
        La primera semana se puede decir que fue bastante tranquila. No había grandes movimientos. Nos dedicábamos a revisar el material, limpiar el armamento, repartir y revisar la munición. Pero sobre todo, lo que más hacíamos era …. esperar. Deseábamos de una vez que nos asignaran nuestro destino final, era necesaria la acción. Estar tan quietos, nos producía inquietud. Los pensamientos iban y venían, y eso no era bueno. Esa quietud, aunque solo fuera unos pocos días, hacía que la moral bajara, y con ello los enfrentamientos por cualquier estupidez no podían tardar. Podía comenzar siendo una broma, pero no siempre terminaban como tal. Eramos hombres rudos, de acción, estar quietos nos enfurecía. Pero gracias a Dios, todo cambiaría enseguida.

        ./ Momentos hubo de gran tensión: Posibles desembarcos enemigos, posibles intervenciones de enemigos en potencia a escasos metros de nuestras líneas, posibles ataques aéreos sobre nuestra base – punta austral de ataque-, posibles copamientos de puntos geográficos por comandos enemigos, posibilidades y dudas, todas cuanta una punta de sostén de ataque puede ofrecer. Y a todo, añadamos el suspense perenne del envió al ataque aerotransportado sobre el enemigo.

BIM 4 en Río Grande, la tranquilidad ha terminado.
BIM 4 en Rio Grande, todos listos para la acción.
        Gracias a Dios, la tranquilidad terminó. Comenzamos a volver al campo, nuestro habitat natural, debíamos estar dispuestos para el combate. Dentro del batallón, formábamos un grupo de 14 hombres. Tres pelotones de cuatro hombres cada uno, uno de comunicaciones con la radio y un suboficial como mando directo. Un jefe de grupo, tres jefes de pelotón, tres FAP, seis tiradores y una radio.
        Nuestro suboficial nos quería listos, y vaya si lo consiguió. Todos los días al campo, ya fuera solos o junto con otros grupos de tiradores. Salíamos bien temprano, con un frío del carajo y reputeando a todo lo que nos daba la gana, pero con los cinco sentidos fijos en nuestro trabajo. Mantener posiciones, avanzar, retroceder, contraatacar, a retaguardia, comprobar armamento, desarmarlo, volver a armarlo, recordar las ordenes visuales…. Y no había excusa, ni respiro, ya fuera con sol, lluvia, frío o viento. Podían parecer unas simples maniobras, pero no lo eran. Todo se estaba poniendo a punto para que diéramos el salto. Éramos el relevo natural del BIM 5.

        ./ Esta, nuestra guerra austral me enseñó algo, que ni el mismísimo Sr. Comandante en Jefe hubiera podido insinuarme……….., el abismo infranqueable que existe entre “ la teoría de la guerra-ciencia y la guerra profesional práctica. Y que no existe profesionalismo guerrero en capacitación, sin acción activa”. Pasé mi momento de “stress guerrero, soy creyente-(católico)- y esto en mi persona, me ayudó a sobrepasar esa presión o síndrome guerrero de adaptación a reacción de alarma en resistencia y agotamiento anímico.

        ./ Es mi pensamiento, que en Malvinas, el stress guerrero o síndrome de guerra, causó estragos en la primera línea de combate. Sería muy importante que en los cuarteles se estudiara esta reacción de alarma, ya que su estudio solo tiene validez sobre las primeras líneas de combate. Pienso que en esa primera línea de combate se centra la verdad de la conducta del hombre. Frente al matar y al morir. He observado que el soberbio y el matón nunca podrán ser Infantes confiables, a la hora de la verdad, cuando en algún momento se nos preparaba en orden real de envió a primerísimo línea, los más soberbios eran los primeros decaídos, así como los más sencillos se convertían en los más serenos. Cuando llegaba la contraorden, anulación o suspensión momentánea del envió, la reacción se convertía en inversa. Conclusión, que los matones en momentos de ataque esconden sus cuerpos y pasado el peligro y repasado el ataque aparecen simulando heroísmo donde y cuando no lo hubiera.

        Cifré mi confianza en la sencillez de mis queridos compañeros, (camadas), mutuamente debíamos ayudarnos a prevalecer por todos los medios., y como decía nuestro oficial, palabra mas o menos………….¡¡¡ “yerra un tiro……….. distes tu posición……….. y mueres”!!!

        ./ La soledad, en “mi pozo”, en la austral estepa helada, fortaleció mi fe en Dios, me ayudaba a ordenar, objetivizar, equilibrar mis deseos , equilibrar en algo o en mucho mi resignación y mi rebeldía, a buscar la ayuda y a desprenderme a veces de amuletos, en mi deseo de no ser vencido totalmente por el temor y el miedo.

        En momentos de mayor crisis interna, cuando el sentido de patria y tantas cosas, no eran mas fuertes que mi gran deseo de vivir…, yo quería vivir, estaba formado y educado para vivir más y mejor, quería tener y deseaba tener mi propia familia, mía…. Contemplábamos al soldado profesional… él ya tenía su familia, sus hijos, morir hoy o mañana, que más daba si había de suceder, llegado el momento, los suyos ya fueron hechos y la patria cuidaría de ellos, podían elegir el momento y la forma más heroica para su recuerdo. Así mi estado emocional…yo… un Infante de Marina, conscripto, para quien tan difícil estaba comprender y asimilar la acción “del matar”, como la “del morir”, en esos momentos cuando comprender me fue tan difícil y no quería asimilarlo, que mi preparación y mi destino se encaminaba a “un vivir mas… y más… y a prolongar mi vida cuanto mas me fuera posible… para matar… y matar más…y …más… y cuantos más me fueran posibles. En esos momentos, en y durante acciones de guerra rutinarios, en ese pequeño e insignificante rincón de estepa helada y ante un pequeño grupo de compañeros hizo su presencia una alta autoridad…….. (continúa)

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